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LAS BATALLAS DEL EGO

¡Hola! ¿Cómo estás?, volvimos después de 100 días de una dura cuarentena, volví para hacer lo que me gusta, me hace feliz y me apasiona, volví para seguir divulgando ideas y conceptos referidos a la felicidad emocional en las organizaciones.

Hace varios meses tenía ganas de abordar un tema que nos atraviesa a todas las personas que trabajamos en colaboración con otras, en distintos ámbitos y lugares, hoy hablaremos del EGO.

Cuantas veces batallamos con la gente que nos rodea, sean jefes, compañeros, personal a cargo, familia y hasta con desconocidos, sin darnos cuenta que es nuestro ego el que se dispone a atacar o defenderse de ser vistos o percibidos como vulnerables, de perder prestigio, de “tener miedo a meter la pata” simplemente de no saber qué hacer o decir. No se trata solo de sentirnos superior o egocéntricos, en mayor o menor medida el ego aparece en todos nosotros. Aparece en actitudes tan sencillas como la resistencia al cambio,
cuando en una charla o discusión tu único objetivo es tener razón a expensas de tener los resultados deseados, cuando quieres sostener un estereotipo o mandato familiar o hasta cuando criticamos a otro solamente para sentirnos un poquito más inteligente y mejor que el otro.

¿Por qué nos ponemos así? ¿Quién nos dice que tener razón en esta discusión es de vida o muerte? ¿Qué resultado podemos obtener de este tipo de comunicación?

La verdad que para responder las primeras 2 interrogantes debemos remitirnos a las neurociencias, dado que es nuestro cerebro toma el 95 % de las decisiones de nuestra vida sin consultarnos, sin pasar por un proceso de pensamiento consciente, SE CORTA SOLO y decide ya que a nuestro cerebro no le interesa que ser feliz, solo le interesa sobrevivir, y como si esto fuera poco, le encanta tener siempre la razón a, aunque el costo sea nuestra propia felicidad .

Ojo, nuestro ego no es malo, es muy necesario, sin él, solo tendríamos una gran desvalorización personal, el ego nos sostiene, es el motivador interno que nos palmea la espalda y nos dice VOS PODES ... VOS SOS EL MEJOR.

El gran problema del ego es que al actuar por sí solo, en forma invisible, nos hace creer que la máscara que propone somos nosotros mismos y terminamos identificándonos con ese personaje dejando en segundo plano nuestra verdadera cara, nuestros sentimientos, emociones y deseos. Terminamos obedeciendo a un otro en vez de a nosotros mismos. Pero (y aquí dejo mi invitación) ¿Qué pasaría si pudiéramos reconocer esto que sucede y gestionar su deseo?

Por eso siempre digo el ego es muy bueno… pero como acompañante en nuestra vida, para que nos apoye, nos sostenga, nos diga cosas lindas, cuando otra parte del cerebro nos llene de miedo y nos critica ferozmente como el peor de los jueces.

Para responder el tercer interrogante podemos decir que cuando el ego maneja nuestra vida, inevitablemente nos lleva a la batalla, reaccionando a nuestros desafíos con ego, que tarde o temprano lo descubriremos como un enemigo a la hora de ser feliz o gestionar equipos y empresas, con importantes costos personales y organizacionales.

Saludos y muchas gracias por leerme!

Julio Sosa.

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